¿Dolor de espalda? Coloca bien tu monitor

El dolor de espalda, en la mayoría de los casos, tiene su origen en una mala postura corporal mientras trabajamos

Si has seguido mis recomendaciones en el artículo sobre el teletrabajo, puede que ya tengas el hardware necesario para teletrabajar, pero… ¿Cómo colocarlo todo adecuadamente? ¿Sabías que los dolores de espalda provienen en su mayoría de una mala postura de trabajo? ¿Y qué esa postura la determina en gran medida dónde hayas colocado el monitor del ordenador? Hoy explicaré cómo colocar correctamente la pantalla, y cómo configurar pantallas múltiples si disponemos de más de una. 

Referencias previas

Allá por 2005/2006 el Ministerio de Trabajo publicó unos manuales sobre cómo debe sentarse un trabajador delante de una pantalla de ordenador. Estos manuales hablaban de una distancia mínima de 40cm para pantallas (30cm para pantallas táctiles) y se centraban especialmente en el ángulo de legibilidad de los caracteres. Por aquel entonces todavía eran populares las pantallas basadas en tecnología de tubo de rayos catódicos (más conocida como CRT por sus siglas en inglés). Esas pantallas proyectaban la imagen sobre una superficie curva y gran parte de las recomendaciones posturales tenían eso en cuenta. Hoy día prácticamente la totalidad de las pantallas de ordenador son planas, cuando no de curva convexa para facilitar nuestra visión. Desgraciadamente el Ministerio no ha publicado ninguna revisión de esos manuales teniendo en cuenta la proliferación de las pantallas planas, por no hablar de las pantallas múltiples o las de gran tamaño. Por todo esto, se abre la veda de las recomendaciones particulares de los profesionales de la prevención de riesgos laborales (PRL). Y que me disculpen estos últimos si lo consideran intrusismo profesional, pero llevo más de 20 años corrigiendo posturas de usuarios y mucho me temo que seguiré haciéndolo el resto de mi vida.

Espero que este artículo ayude a los que, desde casa, se ven obligados a tomar todas esas decisiones que los informáticos tomamos en la oficina.

Jesus Trujillo (Director Técnico Nebrimática)

Evitar el dolor: colocación óptima de la pantalla

La pantalla debe estar siempre delante de nosotros; si trabajamos con más de una, la principal debe estar al frente. Es fundamental que podamos verla por completo sin hacer ningún giro de cuello o cadera. Frecuentemente me encuentro con la pantalla ubicada en la esquina de una mesa con forma de ele. “Así aprovecho un espacio muerto de la mesa” me justifican a veces los usuarios. “Si la pongo delante no veo al cliente que atiendo” arguyen otros. Cuando me enfrento a esos argumentos suelo dirigirme a la espalda del usuario, presionar levemente sobre el omoplato del lado contrario al que está la pantalla y esperar el habitual comentario: “Ahí, ahí es donde me duele”. 

Inclinación de la pantalla

Lo siguiente que debemos tener claro es que la pantalla debe inclinarse para permanecer perpendicular a nuestra línea de visión. Hay cierto margen, pero mi recomendación es no apurar. En muchas ocasiones me he encontrado a usuarios con el cuello inclinado y la cabeza levantada, porque la inercia les lleva a mirar perpendicularmente una pantalla. Ni que decir que esto provoca unos dolores de cuello terribles. Para evitar este peligroso error postural, aconsejo atender a los siguientes pasos: 

1. Siéntate bien erguido. 
2. Eleva la pantalla (con un pedestal ad hoc) hasta que el marco superior se encuentre a la altura de tus ojos, o ligeramente por debajo. 
3. Inclina la pantalla hasta que veas tus ojos reflejados en el centro de la parte superior de la misma. 

Llegados a este punto algunos usuarios me dicen que necesitan mirar el teclado para escribir. Mi sugerencia, a falta de un buen curso de mecanografía, es no elevar demasiado la pantalla en el paso 2, pero cumplir con el punto 3. Aunque haciendo esto advierto, tendremos el cuello continuamente inclinado y eso conlleva la aparición de dolores frecuentes, cuando no consecuencias más graves. 

Cuando tenemos múltiples pantallas

Las pantallas adicionales deben cumplir las mismas recomendaciones que la pantalla principal, con la excepción de estar frente a nosotros, obviamente. Una vez conectados los cables, conviene juntar las pantallas lo máximo posible, alineando la parte superior de las mismas si fuera viable. Si los cables estorban, recuerda que puedes intercambiar la posición de las pantallas; en las próximas líneas aprenderás cómo decirle a Windows dónde está cada una de ellas. En cualquier caso, recuerda mi consejo: debes ver tus ojos reflejados en el centro de la parte superior de cada pantalla.

Tanto si trabajamos con un ordenador portátil y una pantalla externa, como si trabajamos con doble o triple pantalla, debemos aprender a sacarle partido  

De forma predeterminada, Windows duplica la pantalla principal cuando conectamos un monitor adicional. Si trabajamos con un portátil lo habitual es que nuestra pantalla no llegue a las 16 pulgadas de diámetro y que la resolución no pase de 1366×768 píxeles. Por otra parte, casi cualquier monitor de más de 19 pulgadas suele alcanzar los 1920×1080 puntos (resolución conocida como HD Full). 

Falta de nitidez

Cuando se duplican pantallas, como es natural, el sistema operativo toma la menor de las resoluciones para representarla en los dos monitores. El resultado, por supuesto, son unas letras bien grandes, pero no por ello más legibles. A menos que nuestro monitor externo pueda representar de forma nativa los 1366×768 puntos (muy poco habitual) lo que hará será dibujar esos puntos en su rejilla natural de 1920×1080, y como muchos de habrán dado cuenta, 1920 dividido entre 1366 no da como resultado un número entero. Eso significa que muchos puntos de la pantalla deberán compartir rejilla, y eso suele dar como resultado una falta de nitidez que afecta a la legibilidad del texto. En este punto nos preguntamos ¿existe solución?

Tenemos la solución: extender el escritorio

Así es: no hay que duplicar las pantallas, sino extender el escritorio. 

En Windows 10 es muy fácil hacerlo: 

1. Clica con el botón derecho sobre cualquier espacio libre del escritorio. 
2. Elige la opción Configuración de pantalla. 
3. Desplaza el contenido de la ventana hacia arriba hasta que encuentres la opción Varias pantallas. 
4. Clica en el desplegable y elige Extender estas pantallas. 
5. Haz clic en el botón Aplicar. 

Indicar la posición de los monitores

Observarás que ahora el esquema de pantallas, que antes aparecía con los números 1 y 2 dentro de un rectángulo, ahora se muestran separados en sendos rectángulos independientes. Cada uno de esos rectángulos representa cada uno de tus monitores, y el tamaño que se muestra tiene que ver con la resolución que tiene cada uno, no necesariamente el tamaño real. El siguiente paso es decirle a Windows cuál es la posición relativa que tienen esas pantallas en el mundo real: 

1. Clica en el botón Identificar para saber cuál es el monitor 1 y cuál el 2. 
2. Usando la función arrastrar y soltar del cursor de Windows, mueve los rectángulos para que éstos representen la posición relativa que tienen los monitores en la realidad. 
3. Haz clic en el botón Aplicar.

Seguramente, no notarás nada especial y aparentemente nada habrá cambiado. Sin embargo, si arrastras el ratón hasta el borde de una pantalla en dirección a la otra, verás que el ratón se mueve de forma suave y continúa entre las pantallas. Eso mismo puedes hacer mientras arrastras una ventana de aplicación de una pantalla a la otra, entre otras muchas cosas. 

Más opciones…

Por último, quería comentarte algunas cuestiones más. Por ejemplo, que clicando en cada rectángulo se pueden cambiar las opciones de escala y distribución que aparecen más abajo. También que se puede hacer de forma independiente para cada pantalla. Y hasta que también puedes cambiar elegir la pantalla principal con la opción Convertir esta pantalla en la principal. Todas esas explicaciones estarían muy bien, si no fuera porque en cuanto terminaste de leer el párrafo anterior, probablemente empezaste a usar tu nuevo escritorio extendido. Y es que es normal, yo hice lo mismo cuando lo aprendí. 

Para concluir, quería aclarar que además de los manuales del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, también he consultado el Boletín Oficial del Estado.

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