El informático actual como figura estratégica
Si echamos la vista atrás, recordamos la figura del informático bien, solucionando problemas de hardware, bien sin levantar la cabeza del teclado inmersos en códigos de programación. Sin embargo, desde aquellos años 90 el rol de los informáticos ha cambiado mucho. En este artículo te vamos a descubrir cómo ha evolucionado, y algo más que tiene que ver con el impulso que necesita tu empresa. Como avance ten muy presente esta idea:
“Actualmente, las habilidades de un buen técnico pueden constituir un aporte estratégico fundamental para que una empresa pueda dar el salto”.
Joseba Iglesias (Director Comercial en Nebrimática)
Veamos cómo ha sido ese cambio para que descubras el verdadero valor de contratar un servicio informático hoy día.
Del informático de los 90 al socio tecnológico
Como adelantábamos, en los años 90 e incluso, inicios de la década de los 2000, el departamento de sistemas se centraba mucho más en resolver problemas con los equipos y con los dispositivos informáticos. Su principal labor consistía en llevar un buen mantenimiento y garantizar el funcionamiento básico de los sistemas operativos.
Con la llegada de Internet y la transformación digital, los informáticos comenzaron a especializarse en la programación y desarrollo de softwares, redes y seguridad. La digitalización empresarial comenzó a demandar más profesionales informáticos y vivimos el auge de la oferta en formación en esta materia. Incluso aunque no fueras informático, en el currículo se convirtió en un requisito básico incluir los conocimientos informáticos al igual que los niveles de idiomas…
¿Qué ha ocurrido en estos últimos años?
Hemos visto cómo los técnicos de reparación se han convertido en consultores tecnológicos esenciales para las empresas de éxito. El papel del informático pasó de ser un «solucionador de problemas técnicos”, a un profesional estratégico. Su principal objetivo es ayudar a las organizaciones a implementar las tecnologías adecuadas para mejorar su productividad y competitividad. Esto, favorece un escenario de impulso en las empresas, ya que las infraestructuras tecnológicas bien ideadas permiten crecer minimizando riesgos.
La responsabilidad más allá del soporte técnico
Antes, no todos los informáticos se dedicaban a la programación y al desarrollo de aplicaciones. Sin embargo, de unos años a aquí, es raro el técnico que no tenga al menos conocimientos básicos de lenguajes de programación y de softwares para personalizar soluciones.
Entonces, ¿qué ocurre ahora con el mantenimiento, los sistemas…?
Siguen siendo necesarias todas estas tareas rutinarias, indudablemente, pero muchas de estas se pueden automatizar. Además, con ello se consigue optimizar los procesos (menos tiempo/ coste). Por otra parte, con el trabajo colaborativo en la nube, ya no hay que estar pendientes de discos duros de seguridad, por ejemplo, para tener toda la documentación a buen recaudo. Actualmente, los técnicos deben saber cómo configurar y gestionar esos procesos automáticos y sacar el máximo partido a las prestaciones de los distintos softwares de sus clientes.
En relación con la ciberseguridad y el creciente tráfico de datos en la Red, el servicio contratado a una empresa informática debe proporcionar prevención ante posibles ataques, saber gestionar las brechas de seguridad, y por supuesto, proteger los datos.
La digitalización personalizada
A medida que los sistemas son cada vez más modulares, los técnicos informáticos deben ser capaces de implementar soluciones personalizadas. Cada empresa, e incluso, cada usuario tiene unas necesidades específicas. Por esto, se hace básico trabajar soluciones a medida. Por ejemplo, un CRM o un ERP de poco sirven si no contemplan la información que realmente se gestiona en la empresa.
Llegados a este punto, es fundamental tratar la integración de software. Además de instalar un software y “echarlo a andar”, los informáticos deben integrarlo con los sistemas o plataformas que ya existan en la empresa. Es decir, bases de datos, herramientas de gestión, aplicaciones de terceros… Para abordar estas tareas, se precisan conocimientos avanzados de API, así como de lenguajes de scripting y protocolos de comunicación entre sistemas.
Otras habilidades
Tanto en cuanto, hablamos de personalizar herramientas, de aprovechar software existente para dar respuesta a necesidades concretas, los informáticos deben contar con dotes de comunicación efectiva. Escuchar al cliente y poder explicarle conceptos técnicos, de manera clara y concisa para que la adaptación e implementación sea exitosa, es primordial. Por esto, las habilidades de comunicación en un perfil de informático actual son tan necesarias como sus conocimientos técnicos.
¿Recuerdas esa imagen que comentábamos al inicio de este artículo del informático incrustado en su teclado? La colaboración entre departamentos y el trabajo en equipo ha dado un giro a esta visión que teníamos del técnico. En impensable el aislarse; la comunicación continua con otros departamentos se hace necesaria. Colaborar con marketing, ventas, y finanzas, por ejemplo, es la clave para garantizar que las soluciones tecnológicas se alinean con los objetivos de la empresa.
La transformación digital, además, obliga a los informáticos actuales a liderar o participar en proyectos donde tienen que ser capaces de planificar y coordinar la gestión con otras áreas. De este modo, pueden tener una visión más clara y real del impacto que la tecnología provoca en la empresa.
El informático de mañana
Si tenemos que proyectar el futuro de estos profesionales, lo dibujamos como un perfecto híbrido técnico y estratégico. ¿Será un experto con visión de negocio? Probablemente, las necesidades actuales le obliguen a tener más perspectiva de negocio, a alinear las oportunidades tecnológicas con los objetivos estratégicos de sus clientes. Nosotros ya estamos trabajando en esa línea, pendientes de las tendencias de los gigantes tecnológicos que podemos aprovechar para nuestros clientes y acompañándolos en la toma de decisiones estratégicas.
El informático de hoy debe ser proactivo
Los clientes necesitan, además de asistencia cuando algo falla, un compañero que lo asesore para adaptarse con más facilidad a los continuos cambios. En Nebrimática, apostamos por mantener, también, un continuo enfoque preventivo en su sentido más amplio. Esto nos permite identificar problemas potenciales antes de que sucedan para mantener siempre optimizada la infraestructura tecnológica de nuestros clientes.
Seguramente, ahora valores la diferencia entre un informático que arregla, y un socio digital que, además, te acompaña y asesora para apoyar la estrategia de tu negocio.